El héroe renacentista y barroco

·             Por primera vez aparece el antihéroe literario en la figura del pícaro que supone  el primer desencuentro con la concepción ejemplificadora  del héroe. La indecisión, el desengaño barroco se materializan  algo más tarde en Hamlet. Hamlet es el clásico ejemplo del héroe trágico, un héroe noble e imperfecto que sufre y cuya indecisión acerca del amor, la lealtad, la familia y la virtud del sufrimiento finalmente acarrea su propia muerte. “Ser o no ser, esa es la cuestión”.  El espectador no puede evitar sentir compasión por este héroe. La genialidad de Cervantes reinventa todo el mundo de héroes y heroínas, consiguiendo crear una heroína que no existe, un héroe tan real y tan de carne y hueso como Sancho, antecedente de tantos otros héroes anónimos que nunca aspiraron a serlo  y  por encima de  ambos, el héroe literario menos mítico y más humano de todos en la figura de  Don Quijote,  el héroe que lo fue tan solo en su propio mundo de ficción, es decir, en  su locura. El período se cierra haciendo que todo un pueblo se convierta en héroe, hablamos de Fuenteovejuna.